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Lo mejor de la cinta es su actriz protagonista, Saroise Ronan, que interpreta a Susie Salmon. También merecen mención especial los efectos visuales, la banda sonora y el trabajo interpretativo de Stanley Tucci, que encarna al odioso Sr. Harvey de forma bastante similar a como yo había imaginado ese personaje al leer el libro. Vamos, que solo con verle la cara, ya se te ponen los pelos de punta...

Lo peor, pues que hayan pasado tan por encima de la maravillosa relación entre los personajes de Lindsey Salmon y Samuel Heckler, de la amistad entre Ray Singh y Ruth Connors y sobretodo como han enfocado, o más bien no enfocado, la escena del asesinato de Susie, ya que eso hace que una de las escenas finales pierda la carga emocional que realmente tiene. Y soy consciente que no se puede plasmar todo el libro en la película, pero me molesta notablemente que se obvien aspectos muy importantes dentro de la historia, y que sin embargo incluyan cosas que se ha sacado el Sr. Jackson de la manga... ¿Dónde queda plasmada la desintegración que sufre la familia ante semejante desgracia? Por Dios! Que es uno de los temas principales...

Por otro lado, se confirma mi opinión acerca del error de casting al haber elegido a Mark Wahlberg para interpretar a Jack Salmon, padre de Susie. Aunque he de admitir que el resultado final no es tan espantoso como había imaginado, y que resulta incluso aceptable, la versión cinematográfica de ese personaje no le llega ni a la suela de los zapatos a la versión literaria. Leyendo el libro, adoras a ese padre y tienes ganas de sacarle del libro para darle un abrazo. Viendo la película, simplemente te encuentras con un hombre que ha perdido a su hija.

Si se me pregunta qué opción es mejor de cara a ver esta película, haberse leído antes el libro, o no, pues contestaría que va más o menos a la par... Si uno se ha leído el libro, lógicamente, saldrá del cine un tanto decepcionado, porque es un libro que cala hondo. Pero si uno no ha leído el libro, se perderá esa emoción que recorre cada fibra del cuerpo, simplemente por ver un gorro de lana, una pulsera con colgantes, o unos pantalones de pana amarillos. Y por supuesto, para aquel espectador que no haya leído el libro, no supondrá el mismo impacto que para uno que sí lo haya hecho, el escuchar las palabras: "Me llamo Salmon, como el pez ; de nombre, Susie.", ya que para el que no haya leído "Desde mi cielo", esa frase supone solo la presentación del personaje. Sin embargo, para aquellos que hayan leído esa fantástica novela, solo con escuchar esa frase que en su momento leyeron, le vendrá a la cabeza (y al corazón) toda la historia, con sus momentos de dolor, sus momentos de ternura, sus momentos de alegría y sus momentos de indignación.

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